Padres desconectados de hijos conectados

12.04.2024 21:42 | " – Estábamos hablando de ropa y me preguntó qué marca de corpiño uso yo. Entonces le dije que no me acordaba y me quise fijar por el escote de la remera. Como no lo veía, ella me dijo que me la saque y me acerque a la cámara para ver si ella la veía. Lo hice y me dijo que ella usaba la misma y que son re-cómodos.. Seguimos hablando un rato más y a la noche me mandó una foto que casi me muero. Porque hizo una captura de pantalla y me amenazó con que si no le pasaba monedas para el juego que jugamos, las iba a subir a redes para que se hicieran virales…¡A mí se me veía la cara, Ale! Así que le pasé todas las monedas que tenía….

- Mi amigo Pablo me dijo que como un menor de edad no puede ir preso, él mira un canal de pornografía infantil, como su hermano Lucas, que es adolescente. Pero estuvo averiguando y me parece que lo que mira es pedofilia, porque los que hacen eso que él ve son grandes con chicos. ¿Es cierto que no pueden ir presos por mirar eso?-

El sábado nos vamos a encontrar con los chicos en una plaza que ni conozco. Pero Luisa sí sabe cómo llegar y también qué cole hay que tomar. Tenemos que ir con ropa que tenga algo amarillo para reconocernos y una hoja de papel en la mano…"

Los protagonistas de estos ejemplos tienen entre 12 y 14 años, y son referentes de este tipo de situaciones, que suceden con cada vez más frecuencia. Además, tienen tres puntos en común: se comunican por redes sociales o en chats de juegos con personas que no conocen; no ven al que ha estado del otro lado de la pantalla, porque coinciden en que no les funcionan las cámaras; y los padres desconocen absolutamente lo que hacen y lo que van a hacer.

La destreza digital con que se manejan niños y adolescentes hoy no implica que tengan criterio como para hacerlo adecuadamente. Que manejen la tecnología con más facilidad que la que tienen muchos adultos no quiere decir que lo hagan con conciencia de los pro y los contra, y las evidencias son indiscutibles.

Parte del problema radica en que la educación digital debería estar a cargo de los padres… y no es así. Y no lo es porque hay quienes manejan sólo lo mínimo y muchos directamente no tienen idea acerca de qué es lo que usan sus hijos ni para qué. Porque no se involucran. Porque demasiados de ellos se limitaron a poner dispositivos al alcance de sus hijos, para que se entretuvieran solos, sin molestarlos, con la tranquilidad de que nada malo podía pasarles por estar dentro de su casa. Craso error.

Los padres son los responsables de conducir a sus hijos en la era digital, para lo cual, obviamente, primero han de alfabetizarse ellos, con el propósito de acompañarlos adecuadamente y tratar de evitar que los riesgos a los que están expuestos se hagan concretos. Todo padre debería estar interiorizado acerca de las aplicaciones que sus hijos usan, tenerlas descargadas en sus propios dispositivos y conversar con ellos acerca del contenido y uso de cada una de ellas.

Todo padre debería hacer entender a sus hijos tanto la necesidad de una adecuada configuración de privacidad como la importancia de discernir entre qué contenidos compartir y cuáles no, pero también saber que los hijos pueden acceder sin restricción alguna a perfiles públicos e interactuar no sólo con personas que no conocen sino con alguien que puede estar escondido tras una identidad falsa. Y no es solamente éste el riesgo, porque muchas veces son conocidos los que por hacerse los graciosos o en momentos de enojo se valen de fotos de otro para usarlas en su contra, facilitando el sexting o el ciberbullying, e intereses propios (o precoces) de la edad suelen conducirlos a buscar ver y así acceden con muchísima facilidad a contenido pornográfico explícito.

La adicción a las pantallas es un problema que va en aumento en el mundo entero, razón por la cual el acompañamiento de los padres es clave. Dosificar el tiempo de exposición y seleccionar los contenidos a consumir por los hijos son las medidas de control parental que se hacen necesarias, tanto como conversar en profundidad acerca del por qué y para qué del uso que se da a cada aplicación o sitio, porque de educar a los hijos en el uso responsable de la tecnología va a depender que la virtualidad les sea provechosa…o destruya su integridad.